Lo que estamos viviendo a propósito del Coronavirus nos interpela. Cada uno de nosotros
es tocado, de alguna manera, por esta pandemia que revoluciona nuestra vida y la cambia.
Experimentamos miedos y deseos, limitaciones y preguntas. Pero también nos acordamos de las palabras del Señor a los discípulos que navegaban en medio de las agitadas olas: “¡Ánimo, soy yo, no teman!” (Mt 14, 27).
Esta pandemia es una interpelación a estar aquí y ahora presentes, para dejarnos provocar por los eventos y no permanecer pasivos, indiferentes o abstraídos en lo ‘propio’. Por ello, esta hora de la emergencia puede ser, si la tomamos bien, una oportunidad ‘recreadora’ que haga surgir lo mejor de nosotros mismos para los demás, cultivando la fe y agitando la caridad.
Vive esta cuarentena con responsabilidad, pero no atrincherado. Repetidamente compartimos la apelación de quedarse en casa. Sin embargo, también somos interpelados a vivir hoy la solidaridad activa y comprometida con tu entorno, siendo responsables y cumpliendo todas las indicaciones que te de la autoridad sanitaria. Varios jóvenes ya se han puesto a disposición para no dejar abandonados a los más vulnerables. Algunos espontáneamente en sus barrios ya se han comprometido a ir a comprar lo que necesiten las personas mayores y otros se están dedicando a la entrega de comidas preparadas de acuerdo con los municipios u otras organizaciones. Otros están aún más involucrados y se dedican incansablemente como enfermeras o médicos o voluntarios sanitarios. En fin, siendo estricto en vivir responsablemente las medidas preventivas, juégatela por la solidaridad. ¡La Caridad de Cristo te urge a darte y a ser responsable!
Te invito a que, con responsabilidad, estés disponible a la Pastoral Social de tu comunidad parroquial. Muchos voluntarios que normalmente realizan estos servicios tienen más de 65 años y en estas semanas están particularmente llamados a quedarse en casa. Por lo tanto, tu disponibilidad concreta en tu comunidad –siguiendo rigurosamente lo que indican las autoridades– puede ser decisiva para atender la urgencia de la caridad (comedores solidarios, distribución y entrega de paquetes de alimentos, centros de escucha, llamadas de apoyo, visitas a domicilio para comprar alimentos o comprar en farmacias, etc.). ¡Sal
responsablemente a servir!
Desde la Vicaría de la Esperanza te iremos alentando y mostrando caminos, ideas, para que este tiempo de cuarentena pueda ser para ti un camino luminoso en la fe, generoso en la caridad y vitalmente esperanzado, por que Dios está con nosotros.
+ Cristián Roncagliolo Pacheco
Vicario de la Esperanza Joven
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